A 161 km de Loreto (en el post anterior visitamos la Santa Casa) podemos continuar camino hacia Asís en la Región italiana de Umbría.
La conocida ciudad medieval te transporta en todos los sentidos a rememorar los emocionantes capítulos de la historia que conocemos hasta hoy. El arte, la cultura, las figuras de San Francisco y Santa Clara y todo lo bello que la ciudad te ofrece, puedo confirmar, sin temor a equivocarme, que será un recuerdo eterno en la mente y en los corazones de quienes la visitan, o por lo menos, esto me ocurrió a mi.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000 Asís vale la pena recorrerla en dos o tres días y sin prisas.
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A lo alto la Basílica y el Sacro Convento. |
La primera visita que recomiendo es la Basílica de San Francisco, lugar de arte y de fé, donde la invitación a la oración es efectiva desde que te vas acercando al ingreso y donde reina la paz que siempre quiso S.Francisco. Podemos ver la Tumba del Santo , el Cuadro de la Virgen y San Francisco de Cimabue, la Virgen de los ocasos de Lorenzetti y más en la Iglesia Inferior y, pasar seguidamente, con calma, a la Iglesia Superior donde podremos darle un regalo a nuestros ojos con los 28 frescos de Giotto del 1296, la llamada en historia del arte "La cantera de Asís" y donde recorreremos la vida de San Francisco. (No está permitido hacer fotos dentro de la Basílica).
Pero hay más, las reliquias del Santo, el Antiguo Cementerio de los Frailes, el Altar Mayor, la Sacristía y el Claustro de Sixto IV.
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Desde el Claustro se accede a la Basílica superior.
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En la parte opuesta de la ciudad está la Basílica de Santa Clara. Como sabemos, San Francisco y Santa Clara fueron dos santos muy unidos en la historia de Asís, fue ella su discípula, por lo que la visita a Santa Clara es imprescindible para entender su vida y todo lo que hizo como fundadora de las Clarisas, la Orden de las Hermanas Pobres como también se les conoce.
Me llamó la atención el interior de la Basílica, limpia en cuanto a excesiva decoración y el precioso crucifijo, aquel que habló a San Francisco en la Iglesia de San Damiàn.
Dentro está la tumba de Santa Clara, podemos ver los vestidos que ella cosía y frescos del 300 de pintores como Puccio Capanna y otros.
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La magia de Asís, fuera de la Basílica de Santa Clara. |
La iglesia de San Damiàn merece una visita. Aquí vivieron las Clarisas y se mantiene intacto y conservado como en aquellos tiempos, dando la idea al visitador de cómo vivían, dormían, comían (se sabe que comían poco) y desarrollaban la vida las santas mujeres consagradas a Dios. En realidad, esta Iglesia es una de las más sagradas en los orígenes franciscanos.
La otra Iglesia de merecida visita es Santa María de los Ángeles, a 4 km del centro de Asís y donde entraremos a la Ermita de la Porciúncula que fue el primer convento franciscano, donde se reunía S. Francisco con sus hermanos en sus inicios, después de largos viajes. Podemos acercarnos a la Capilla del Tránsito, donde el Santo, el 3 de octubre de 1226 "pasó" de esta vida a la vida eterna, continuar a disfrutar de los frescos de importantes pintores italianos que están presentes siempre.
Ya regresando de nuevo al centro de la ciudad no dejar de visitar la Fortaleza medieval de Asís, conocida como Rocca Maggiore (Roca Mayor).
Imponente a la vista lleva siglos dominando el valle y donde hoy podemos recrearnos con las tradiciones y fiestas de Asís: el famoso Calendimaggio. Llegaba la primavera y después de un largo y duro invierno la ciudad se preparaba para celebrar con cantos de mayo la llegada de tan bonita estación, con música, vinos y bailes.
Es impresionante los vestidos que usan para la ocasión y donde los dos barrios de la ciudad se enfrentan y bendicen en la Basílica de San Francisco sus banderas para el inicio de la festividad que dura tres días en el mes de mayo. Fiesta de no perderse.
Luego, Asís, como ciudad romana (Asisium), todavía conserva en el centro subterráneo, restos arqueológicos, el Foro Romano y su Museo, el Templo de Minerva con sus columnas en la plaza del Ayuntamiento y todo el legado que los romanos dejaron en esta mágica ciudad.
Sin querer marcharme de Asís debo terminar por hoy. Me quedo con la magia del lugar y de las personas que allí estaban que han inundado mis días, con los colores del atardecer y con esa Paz que te llega, seas creyente o no, como confirmando lo que decía San Francisco:
"El Señor te dé la paz!".
Tamara Terré Morell.
Fotos de Tamara T.M.