Visitado ya el Santuario de San Miguel Arcángel (post anterior) la próxima etapa seria recorrer casi 350 km para visitar la Santa Casa de Loreto, en la Región de Marche, dejando atrás la Región de la Puglia y atravesando la Región italiana de Abruzzo y Molise.
El viaje se hace muy agradable porque se divisa el Mar Adriático, con sus playas largas de aguas transparentes y porque no hay mucho tráfico en esta zona.
El Santuario de Loreto es el primer santuario internacional dedicado a la Virgen María y es meta de peregrinos desde siglos atrás. De hecho, la ciudad tranquila y espiritual de Loreto vive de la llegada de los peregrinos y de los fieles que cada año se acercan a visitarla.
Cuenta la tradición que en el 1291 cuando la Tierra Santa cae en manos de los musulmanes los ángeles transportan la casa, donde habitaba la Virgen María en Nazareth hacia Loreto, pasando primero por otros lugares hasta llegar definitivamente a la Colina de Loreto.
Dentro del Santuario se conservan los tres muros o paredes, los cuales tienen iconografías judío-cristianas y también en hebreo. La parte exterior de los muros la han recubierto de mármol y renombrados artistas del Renacimiento italiano, como Bramante, Sansovino y Antonio de Sangallo, participaron en esta ampliación.
De la premisa histórica de la Santa Casa podríamos ampliar y debatir mucho más. Yo quiero añadir que los pilotos han hecho de la Virgen de Loreto su protectora y que el nombre de Loreto se expandió por el mundo a través de los jesuitas, por lo que podemos encontrar una ciudad llamada Loreto hasta en el lejano Perú.
La estatua de la Virgen que encontramos es una copia debido a que la antigua fue destruida por un incendio producido en la Santa Casa en 1921. En sus inicios, la imagen venerada era un icono, pintado sobre madera, de probable origen bizantino y que desapareció, por lo que fue sustituido por una estatua de madera que actualmente y desde el siglo XVI está revestida por un manto dorado llamado "dalmática".
La visita al Santuario requiere tiempo si desea verlo todo sin perderse detalles, los frescos y las esculturas son impresionantes, se respira arte, pero sobre todo, espiritualidad en cada rincón de la Santa Casa y fuera de ella.
Porque como ya he dicho antes, Loreto es una ciudad tranquila y espiritual que espera la visita de sus fieles.
Ud. que está leyendo, no lo piense más, Loreto le espera con los brazos abiertos, seguro que si.
Tamara Terré Morell.
Fotos de Tamara T.M.
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