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Desayunar como un rey, comer como un principe y cenar como un mendigo".
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Para los invitados esto y mucho màs. |
Esto es lo que intento hacer todas las mañanas.....aquí falta el café y el zumo de naranja natural acabadito de exprimir.
Y es que en mi cocina todo lo tengo a mano, la batidora, las tres cafeteras, la licuadora, "casi todo". No soporto la escondedera de cosas por tener una cocina bonita, yo lo que quiero es una cocina práctica pero, por suerte o por desgracia, ya no me meto mucho en ella dejando bien claro, señoras y señores, que me gusta cocinar y que lo hago bien.
Para mi, el desayuno es el antojo del día. Me sucede que hay días que me gustaría desayunar cositas dulces, y las debo comer sin azúcar, pero en realidad, soy más aficionada a lo salado.
Justo me viene a la mente el bocadito con tortilla (solo uno porque tocaba un pan por la bodega) que me comía en La Habana junto a una taza de café entera, también mis bocadillos con tortilla (aquí podían ser uno o dos) con tomate y aceite de oliva, en Barcelona, junto al café con leche, calentito y en vaso, eso si....ya el camarero del bar lo sabia, a fuerza de tanto insistir: - en vaso y bien caliente - , sin importar si había frío o calor.
Pero aquí en Italia si me pido un bocadillo con capuccino me miran cómo si fuera una extraterrestre y la verdad es que sigo prefiriendo mi café con leche de la Plaza Eivissa, en mi barrio de Horta que juntas, mi amiga Beni y yo, nos pedíamos.
Yo lo tengo claro, hay que desayunar, si no, no se puede trabajar, y con este lema convencía a mis compis de trabajo y ya ustedes se podrán imaginar cómo podía terminar aquello !
Así, que después de este atracón sano, necesario y recomendado por los médicos me preparo para pasar de reina a princesa y, a la cena, veremos si tengo claro eso de ser mendiga, ya les contaré, je, je, je.....
Tamara Terré Morell.
Foto de Tamara T.M.